Para limpiar las piedras y evitar que el bronce se oxide, lavarlas rápidamente en agua con sal marina y luego secarlas bien.
Otra alternativa muy recomendada, es pasarlas por el humo de un palo santo o incienso. Para recargarlas de energía, hacer el mismo proceso y dejarlas reposando toda la noche bajo la luna llena. Tratar de que otros no toquen tu piedra para que no la carguen de su energía.
Limpiar el engaste de bronce con un limpiador de metales (bronce), echar una gota en un paño y lustrar suavemente.
No mojar ni echar perfume sobre la gamuza o cuero.